Hace unas semanas me dirigí a mi refugio del sur de la isla, una pequeña casita que fue de pescadores y que tuve la brillante de idea de rehabilitar para mí hace tiempo. Está situada junto al camino que bordea la costa y tengo una pequeña bahía a mis pies. El lugar es acogedor cuando sopla los alisios y en los meses veraniegos es un auténtico paraíso. Uno de mis grandes placeres consiste en bajar a la pequeña cala de madrugada y desnuda entregarme a los brazos de Neptuno. En las negras noches sin luna, el mar y el cielo se confunden en una inmensa negritud donde apenas las estrellas sirven de referencia cuando el cielo está limpio. Las quietas aguas te acarician el cuerpo como unas cálidas manos, mientras te dejas acunar dulcemente por las plácidas olas.
Una noche, mientras retozaba, sentí como si unas manos de algas me abrazaran por la cintura, y me arrastraran con ellas a las profundidades. Luché desesperadamente por desasirme, pero en unos segundos, me vi sumergida en el fondo. Inexplicablemente no tenía miedo, una intensa paz se apoderó de mi alma mientras perdía la noción del tiempo. Desperté en el seno de una gruta marina, una luz difusa iluminaba las paredes con una claridad espectral, no podía creerlo, pero allí estaba yo, respirando bajo las aguas como si de una sirena se tratara.
De repente, un cálido y viscoso abrazo, me rodeó por completo. Cada poro de mi cuerpo era lamido por mil amorosas lenguas, mis pechos se irguieron y los pezones florecieron como capullos de rosas. Sentí esa sensación arrebatadora enredarse por entre mis nalgas y ascender por los muslos buscando mi cueva más secreta. Desde la planta de los pies hasta los cabellos millones de ventosas microscópicas me besaban, el placer se hacía insoportable por momentos. Cuando creí no resistirlo más, me sentí penetrada por delante y por detrás a la vez, mis fuentes de goce hervían como geiseres, sentía gran placer con el pene en la vagina y con otra especie de miembro igual de duro y caliente introducido en mi culito hincándome a la vez. Al punto de perder el sentido, descendía la marea y así una y otra vez hasta que el cráter de mi sexo estalló como un volcán arrasándolo todo.
Amanecí en mi cama empapada, las sábanas con perfume de algas se arrastraban por los suelos mientras todo mi cuerpo temblaba de placer con tan solo el recuerdo. Respiré al saberme mujer como siempre y terminé por acariciarme para desahogar ese deseo que me embargaba por completo. Me proporcioné un orgasmo intensísimo que aún recuerdo con satisfacción.
Para aquellos que quieran conocer mejor a nuestra autora de hoy les dejo un enlace a su blog.
ResponderEliminarDª Orquídea
Mucho éxito y un saludo muy cordial a todos.
Mmmmm... intenso relato que me lleva a replantearme dejar por un tiempo de lado el mundo de los animales de compañía y retomar con ganas (con muchas, con muchas más ganas) el apasionante mundo de la floricultura. (Será que se ha despertado nuevamente mi decadente inclinación por los capullos?).
ResponderEliminarFelicidades a la autora y saludos a todos
Ahora entiendo mejor aquello de que los hombres parecemos pulpos. Con la desventaja de que sólo tenemos dos brazos.
ResponderEliminarOníricas sensaciones, húmedas, de cuevas inexploradas. O no.
Interesane manera de vivir el sexo, de todas maneras me quedo con los humanos
ResponderEliminarUn saludo
PaSioN
Parece ser que los pulpos inspiran mucho últimamente...
ResponderEliminarhttp://unasirenamirandoalsur.blogspot.com/2010/06/y-detras-de-el-siento-cerrarse-los-dias.html
Saludos.
Mi querido Señor Francés muchas gracias por publicar mi relato, aunque me haya cambiado el titulo jajajajaja, la verdad que no recuerdo que fueran pulpos alienígenas los que me hicieron vivir esas experiencias JAJAJAJAJAJA.
ResponderEliminarBesos y gracias a tod@s
¡Si es que donde esté la imaginación!
ResponderEliminarYo sinceramente no me imagino haciendolo de esa manera jaja... muy bueno.
Me reitero en mi afirmación: Su blog es un cúmulo de fantasía ¿o no?
Un saludo a todos de nuevo.
Y como no, desear suerte a la autora de tan húmedo relato.
Pd)Ahora ya comprendo de donde viene eso de pulpo como animal de compañía :P
¿Podría ser una nueva entrega de la Sirenita pero en Versión X?
ResponderEliminarMuy original Dª Orquidea. Enhorabuena.
Besos humedos para tod@s
A ver mi querido amigo
ResponderEliminar¿Donde están los hombres?
¿Que pasa ?
Los relatos eróticos solamente los degustamos las señoras , o es que los caballeros miran y callan!
A este paso nos vamos a cambiar todas de acera
xdsssss!
Por discrección, al ser esta mi casa y yo parte de los II Encuentros, he procurado no responder a muchos de sus deliciosos comentarios para no influir por parcialidad en los resultados.
ResponderEliminarPero, señoras, sépanlo, me estoy muriendo de ganas de participar con ustedes en la meleé. Menos mal que faltan pocos días para acabar y entonces seré libre de desbarrar comentando.
Muchas gracias a todas, y a D. César, por sus palabras.
Yo quiero ser una sirena!!!!!y que un pulpo me haga esas cosas!!!!Que bonito relato!!!
ResponderEliminarBesos a la autora y mi felicitación
Nunca mejor dicho cuando dicen: Como el pulpo, por arriba por abajo, por donde halla lugar donde palpar.
ResponderEliminar_MAREA_
Capri cariño, parece ser que es una cuestión de liberación reprimida de la mujer. Ahora hemos decidido participar ya que muchos siglos hemos sido amordazadas, por supuesto existen excepciones. A las excepcionales los tomaremos como chicos mimados ¿vale? Don (Francés el Padrino) y Don Cesar, grandes valientes jiji...
ResponderEliminarBesos humedos para tod@s
Al leer este relato he pensado que ningún humano es capaz de penetrar en tantos sitios a la vez y que con todas esas ventositas haciendo cariñitos y ella mientras pensando en esa locura desconocoda de alienígena pasional...no me extraña que el cráter de su volcán estallara en un orgasmo sideral.
ResponderEliminarLo desconocido siempre ha multiplicado por mil el morbo, y si encima no es ni de nuestro planeta...mil veces más!!!
Me ha encantado.
Me encanto es diferente y original muchisimo, una encantadora forma de vivir el sexo, mis felicitaciones
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