martes, 22 de junio de 2010

El Tendal del Deseo o el culo de la lavandera

Por D. Amanuense

El cuerpo de la mujer detenida frente al ventanal se muestra, en el juego de luces, mustio y desabrido, tal percepción me alienta a plantarme detrás de ella, la ausencia de deseo a acoplarme a su culo. La sorpresa la paraliza, esperanzado respiro animal su nuca, el rancio aroma de su piel me obliga a apartar la cara. En ese leve gesto vislumbro en el estremecimiento de la brisa la leve transparencia de unas bragas. Siento entonces el latido profundo de la polla respirando necesidad. Es su brutal forma de reclamar atención, de atarme a la furia de su naturaleza desatada. Busco apartarme, pero sé que estoy atrapado. Mi mano extraviada en el bolsillo la traba sin cuidado, con fuerza, como si en vez de controlarla quisiese estrangularla, quizás a ella también le inquiete ese respirar atropellado, esa rigidez brutal que la atenaza. Su esfuerzo se revela inútil, sólo consigue fortalecerla, la siento crecer desbordándola tomando posesión de ella y a través de ella de mi endeble anatomía.

No debí arriesgar, y en último extremo negarme a mirar ese espacio de apetito, pero ya está hecho. No es la mujer, lo sé, son las bragas, ha sido verlas y sentir su coletazo salvaje reclamándolas. Su angustia de pez atrapado me electriza de los pies a la cabeza. La mujer de espaldas lo presiente y busca apartarse estremecida. Rendido, me deje ir, aparto la mano y el diabólico ariete bate su furia contra la bragueta. Desabrocho atropellado los botones y el calzoncillo dibuja su morfología de boa hambrienta, mientras, sobre su cintura vencida emerge rutilante, como yunque incendiado, su cabeza. La mujer alcanza a ver el seco trazo de su sombra en el suelo. El miedo, más que el deseo la lleva a agarrarla intentando dominarla. En el forcejeo se traga sin esfuerzo su voluntad y con ella la tela de la bata, que se repliega hacia la cintura. Qué estoy haciendo, me pregunto, buscando poner cordura.

Y en ese preciso instante las bragas tiritan a la par que toman forma en las formas de mi apetitosa vecina, su culo potente y duro, el frondoso y abultado triángulo de su sexo, alzados ambos sobre la llamarada morena de sus magníficas piernas. Mis manos las recorren ávidas de placer, juguetean con el elástico de esas bragas de piel y deseo en el gastado algodón de las de la mujer. Le acaricio el culo, exprimo su coño, lo siente húmedo, aparto la felpa de las bragas y sin cuidado guío la polla hasta sentirla rasgar su húmeda seda. Gime, se retuerce, profundizo más, tanto que temo romperla, pero su coño parece hecho del mineral de mi polla, de roca, y en la dureza de esa voluntad los siento fundirse. Las embestidas se repiten y en cada una de ellas se hace patente el fuego de esas dos bestias disputándose el deseo, hasta dividirlo, lo siento entonces derramarse ardiente por mis piernas y sus nalgas, brillar en sus tobillos, a la par que cesa la leve brisa de la tarde y se desinfla la delicada seda de las bragas que caen mustias sobre la cuerda del tendedero.

Detengo jadeante las acometidas. Se dobla rendida la mujer sobre el alfeizar. Sólo la polla sigue latiendo. Lujuriosa golpea ahora el culo. Es insaciable, la vieja mujer nada sabe aún de su impiedad. Nada le digo, no hay ya disculpa, vuelve el asco pero a hora de la mano del vicio en el pulso de ese animal que nos domina.

6 comentarios:

  1. Para aquellos que quieran conocer mejor a nuestro autor de hoy les dejo un enlace a su blog.

    D. Amanuense

    Mucho éxito y un saludo muy cordial a todos.

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  2. En la excitación de la literatura, he perdonado el fetichismo para centrarme en los apuros de la mujer...Por un leve momento he querido ver el famoso cipote de Archidona en la mano del experimentado Amanuense.
    Creo que con esta exquisita muestra, queda satisfecha la ausencia de relatos masculinos que nos reclamaba, justamente, una lectora.

    Felicitaciones.

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  3. Estimado amigo:
    Paseando por el blog me he encontrado con la sorpresa de la publicación del relato que le envíe para esa empresa suya de literatura y sensualidad según el saber y entender de humildes “cuaderneros”. Empresa en la que participe sin detenerme a pensar en la dificultad que la organización de la misma encarna. No resulta sencillo, pese a su oficio y prestigio, ilustrar todos y cada uno de los relatos enviados, y más estando Ud. embarcado en una nueva novela.
    De ese trabajo quiero hablarle, he estado viendo el resultado de su sabia mano sobre el relato y he de decirle que me siento profundamente emocionado, por el cariño con que lo trata, la elección de las fotos y el añadido del título. Agradecérselo se me antoja escaso, lo suyo es impagable, no sólo esto sino su forma de expresarse, literaria y sincera, valiente y desgarrada tal como se expresa toda verdad.
    No podía terminar esta torpe carta de agradecimiento sin hacer referencia a sus palabras sobre mi entrada sobre la muerte de José Saramago, sepa que encuentro en ellas la verdadera esencia de su espíritu, el hombre que late dentro de la marea de pasión con que escribe, el hombre que sabe estar y entender, sí amigo, es Ud. un caballero y yo un hombre encantado de cabalgar a su sombra.
    Infinitas gracias amigo, infinitas.
    Reciba un fraternal saludo.

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  4. Me ha encantado...mi felicitación y besos al autor.

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  5. Late el instinto puro y duro...nunca mejor dicho en este relato.
    La lucha de dos titanes sin que sus dueños puedan hacer nada para detener la cópula está descrita casi cinematográficamente, el deseo es el rey y la mente sólo puede observar y murmurar para adentro pero nada más.
    Me encanta esta sensación de descontrol total en el sexo y la descripción de la crecida de la virilidad nuevamente sin ningún freno ni control posible,está de tal manera descrita que hace acelerar el pulso a esta lectora, que.... ¡¡para eso están estos relatos, para que el instinto se manifieste al leerlos, o no es erótico!!
    Me parece excitante y genial.

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  6. Felicidades D.Amanuense,un premio muy merecido!!!

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