jueves, 1 de diciembre de 2011

POLVAZO SUBVERSIVO



Acepté llevar los panfletos porque me acompañaría la trotskista más maciza de Bilbao. Aquella chica me calentaba tanto como mi pequeño burgués Seat 1430 ponía a su orga. Falló la entrega y, aterrados ante una caída, conduje hasta Neguri Beach. “Camarada, tu escote y la agitprop me ponen burro, ¿follamos un poco por si el fascismo nos entrulla quince años?” Aceptó y se subió la falda con loable ardor revolucionario. Que ejemplo de fogosa lucha proletaria contra la dictadura. Que polvazo.


Todavía jadeábamos cuando llegó la guardia civil. “Documentación, ¿qué hacen aquí?”, preguntó con deje gadita. “Pues mire, agente, estábamos toqueteándonos porque mi novia me quiere dejar”, respondí con mi mejor acento andaluz. “Mentira, señor policía, es que éste sólo me quiere para follar y estoy harta", refutó Lola. “Vístanse, acompañe a la señorita a casa y cásese con la mushasha”. No pudimos realizar la entrega. Dos días después repetimos viaje y empujón. Con el maletero lleno de panfletos. En 1970.


Esta entrada está dedicada a mis amigas Dª Carmen Missy y Dª Aurora López

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