viernes, 11 de junio de 2010

Atada o desatada, podrás follarme, amarme o partirme en dos pedazos

Por Dª I'am

Era el cumpleaños de mi mejor amiga. Había bastante gente conocida,y él felicitaba a la anfitriona cuando le vi. Allí estaba, más atractivo de lo que recordaba, rodeado por una manada de lobas hambrientas a la caza de la mejor pieza. Hacía mucho que no nos veíamos, aunque aún me visitaba en mis sueños más calientes.

Intenté mantener la serenidad y, evitándole, fuí a por una copa. Siempre que él está cerca necesito beber. Bebo para no pensar. Bebo para olvidar el enorme deseo que me provoca. Entre copas y bailes, y más, muchas más copas, se hizo la hora de irme. Recogía mi abrigo cuando su voz retumbó en mis oídos, voy a follarte hasta que no puedas andar. ¿Follar?... ¿Había dicho follar? Sólo de pensarlo me humedecí. Lo que me faltaba, que mi cuerpo estuviera de acuerdo con su jodida maldita idea.

Cuando desperté me daba vueltas la cabeza. Definitivamente me pasé con las copas. Juré no volver a beber. Una presión en las muñecas me impidió bajar los brazos. Forcé mi vista para mirar hacia abajo, ahí estaba él, concentrado en terminar de quitarme la última de mis prendas. ¡Maldito hijo de puta! Estaba desnuda y atada a su cama.

El shock disipó el efecto del alcohol y me revolví con rabia. A él se le escapó una risa ronca. Oírla me enfureció aún más y fuí consciente de mi impotencia. Deseaba a ese cabrón que me había inmovilizado, no tenía que atarme sin permiso, con sólo insinuarlo hubiera accedido encantada porque me sentía totalmente perdida entre sentimientos contrapuestos. Toda la noche esperando a que te acercaras, ya ves, me cansé de esperar. Ahora no tienes escapatoria, dijo. Una tierna y dulce caricia desmentía su tono amenazador.

Lloré desesperada pero no pude reprimir un gemido cuando su boca se cerró sobre mi pezón y lo chupó vorazmente. Una descarga de deseo sacudió mi cuerpo palpitando dolorosamente en mi clítoris. Jadeante me arqueé pegando mi pecho más a su boca en muda súplica. Más, más. Podría correrme en ese instante imaginando su boca caliente rodeando mi hinchado clítoris y su lengua jugueteando con él. No seas impaciente, eras tú quien me evitaba, murmuró. Haciéndome sufrir se coló entre mis piernas y sentí su miembro duro y caliente pegado a la humedad de mis muslos, deseando penetrarme. Buscándole, abracé su cuerpo con mis piernas rogándole que lo hiciera.


Su boca trazó un camino de besos húmedos hacia abajo. ¡Sí! ¡Oh, Dios mío, iba a hacerlo! Mi vagina se contrajo del deseo. Adelanté mis caderas para que llegara antes, pero su mano me retuvo pegada al colchón. Mordisqueó mi sexo, lamió los labios, rozó suavemente mi clítoris haciéndome sufrir, consiguiendo que me retorciera de placer. Por fin, lo envolvió con los suyos y me penetró fuertemente con el indice y el corazón haciéndome gritar de placer. Sus dedos clavados en mi cuerpo, su lengua trazando círculos en mi dolorido clítoris aliviándolo y torturándolo a la vez. ¿Te gusta esto?, preguntó. Mmmm... Siií. Fóllame, fóllame, por favorrr, grité exasperada.

Se apartó dejándome vacía, confundida. De un solo movimiento me giró, mis muñecas estaban laceradas por las ataduras pero ya no importaba. Me puso de rodillas y se colocó detrás de mi, su glande me acariciaba insinuante, haciéndome gemir, rogar y mover mis caderas buscando que me penetrara. Agarró mi nuca y clavó mi cara en la almohada, colocando su miembro en la entrada. Tomó mis caderas con ambas manos y, de un golpe seco, me empaló matándome de gusto. Salió y volvió a entrar con más fuerza, una y otra vez. Sentir su miembro atrapado en mi vagina, sus muslos golpeando los míos, sus pelotas golpeando mi clítoris en cada embestida, me desgarraba en un placer absoluto y total.

Vamos cariño... quiero ver como te corres. Quiero ver como aprietas mi polla con ese coñito rico que tienes, gruñía. Era todo lo que necesitaba para dejarme ir. Sin aire en los pulmones, aguanté sus locas embestidas hasta que su semen caliente salió a borbotones llenándome por completo. Me desató antes de que ambos cayéramos exhaustos sobre el colchón. Depositó un tierno beso sobre mis labios y susurró en mi oído, mon Dieu... je t'aime, ma petite fille chaude. En ese momento ya no dudé, siempre que él quisiera, atada o desatada, sería mi amo.

10 comentarios:

  1. Donde se demuestra el gozo verdadero
    que la dama atada proporciona
    evitando de este modo pataleos
    y evitando que se fugue arrepentida
    dejandonos tremenda calentona



    Mu bueno señora mía

    ResponderEliminar
  2. Hay que ir a comprar cuerdas, sogas, cadenas, candados y grilletes, que aquí no vale el mete saca de toda la vida, D. César.

    Estas damas exhiben un perfil altamente especializado. Yo ni lo intento, entre la invalidez y la pereza, lo dejo para ustedes los jóvenes.

    ResponderEliminar
  3. Para aquellos de ustedes que tengan interés en conocer mejor a Dª I'am, nuestra autora de hoy, les dejo un enlace a su blog.

    Dª I’am

    Mucho éxito para la autora y que pasen todos un buen día.

    ResponderEliminar
  4. Me ha encantado!!! I am por Dios!!!Yo voy ahora mismo a comprar todas esas cosas... yo también quiero!!!!!!!!

    Mis felicitación, es genial como siempre , y las fotografias......esque estoy con los ojos como platos!!!!!!

    Besos y mi enhorabuena otra vez...

    ResponderEliminar
  5. Una mujer le dice a su marido:Cariño eres como un móvil...

    ¿porqué cielo? esque te vibro cuando te la meto verdad?

    No cariñito no es por eso..

    Esque cuando la metes en el túnel, te quedas sin cobertura!!!!!


    (ME LO HAN CONTADO HOY, QUERÍA COMPARTIRLO..(el chiste)

    ResponderEliminar
  6. Juegos de seducción para sentir que estamos vivos, para que la vida no se nos vuelva monótona.
    Chica cuánto morbo en el texto. Me gustó.

    Besos húmedos a tod@s.

    ResponderEliminar
  7. Nazaríes: muy bueno lo de la cobertura del móvil!!!! Petons!!!

    ResponderEliminar
  8. ¡¡¡¡Demonios!!!! ese tipo endiablado ..esas desesperadas ganas de ella de rechazarlo a la vez de desearlo a morir... que sea su amo..esa manera tan lujuriosa de hacerse esperar... de hacer eterno el instante de espera al embate...uffff!!!!! a estas horas, me pone a cien este cuento de lobos y caperucitas.... y es que me encantan estos relatos de sabia combinación violencia-seducción -odio-amor-pasión-mon Dieu... je t'aime, ma petite fille chaude.....guaaauuu me ha parecido excitante al cien por cien. Te felicito!!!

    ResponderEliminar
  9. Me ha gustado mucho, es muy sensual y la manera de narrarlo muy natural, esas sensaciones que describes son tan verdaderas cuando eso ocurre...yo no soy de que me aten...soy mas de atar suave eso si...jajajaja...pero vamos que en ese momento según estaba la protagonista nunca se sabe, muy buen relato, mis felicitaciones.

    ResponderEliminar
  10. Sensualidad a raudales, sexo en estado casi salvaje, sumisión con toques de sutileza y sin llegar a su máxima expresión del sometimiento.
    Como era de esperar en una trobadora de dotes espléndidas, como no podía ser de otra forma en alguien dada al verbo, perfecta demostración de lo que en su momento fue casi el inicio de una relación que aún perdura y que perdurará, mientras siga existiendo esa llama del morbo y del deseo que domina al dúo.
    Un saludo y un aplauso my Lady.

    ResponderEliminar